MI CONFRONTACION CON LA DOCENCIA

Desde la primaria me gustaba pasar al frente a exponer,
Osando buscar nuevas formas de los temas explicar,
Cuando la carrera terminé, en la Universidad fui maestro a mi entender,
En la industria un tiempo me interesó trabajar,
No dejando en la formación de participar,
Capacitando tanto al obrero como a cualquier trabajador,
Indagando por una oportunidad de enseñar,
Al fin regresé a un aula la docencia a practicar.
Después de este desliz literario, comentaré que soy Ingeniero Bioquímico Industrial de profesión, docente por convicción. Realmente considero que desde niño me gustaba compartir lo poco o mucho que sabía, ayudando a mis compañeros que lo necesitaran o aprendiendo de otros que tuvieran más conocimientos que yo.
Al realizar la carrera universitaria reforcé mi inquietud de ser docente. De hecho el último semestre de Universidad lo realice mientras trabajaba como profesor en dos instituciones. Recuerdo que las clases que más me gustaban eran de aquellos maestros que habían tendido oportunidades laborales en empresa o industria.
Esta fue la razón para que probara suerte en la Industria. Durante mi desempeño laboral no me desconecte de la labor de enseñanza ya que participaba constantemente en la capacitación interna de trabajadores. Hace 5 años busqué y alcance la oportunidad de reincorporarme al medio docente, esta vez al nivel medio superior. En un principio me desconcerté con la conducta de las nuevas generaciones, y debo decir que me costaba trabajo lograr el control de grupo. La verdad en un principio me asuste y pensé regresar al medio industrial. Por suerte tuve la oportunidad de encontrarme con grandes satisfacciones, me propuse mejorar enfocándome en lograr una comunicación con los nuevos jóvenes buscando motivarlos constantemente.
¿Qué pienso y siento de ser maestro? Bueno, para esta y otras preguntas hace tiempo no hubiese tenido una respuesta clara. Sin embargo una ocasión se acercó a mí un ex alumno que generalmente era retraído en clase. Me dijo que quería darme las gracias. Bueno, pensé, creo que le gusto como le enseñé. Pero el muchacho terminó su comentario de la siguiente manera: “Le quiero dar las gracias porque por su trato conmigo y la confianza que me dio, llevo 6 meses sin tomar alcohol”. Estas palabras me dejaron reflexionando sobre el compromiso del docente y los alcances de nuestro comportamiento. Yo le agradezco a ese joven que me hizo valorar esta actividad, sintiéndome satisfecho por la posibilidad de inculcar valores a los alumnos y orgulloso de ejercer esta profesión. Los alumnos dan más satisfacciones que dolores de cabeza. En cuanto a los motivos de insatisfacción, citaré que el tiempo pasa rápidamente, dificultando ejercer una influencia significativa en cada uno de los alumnos.