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Hola a todos mis compañeros virtuales. Soy Profesor de nivel medio superior. Actualmente ejerzo como docente del Colegio de Bachilleres de las materias: TIC y Química. He participado como Asesor virtual en el Diplomado "Aplicaciones de las TIC para la enseñanza", el bachillerato virtual de Bunam y la "Especialidad en competencias docentes de la UPN". Mi interés de crear estos blogs es el participar en la interacción vitual e intercambiar concimientos e información con Uds.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Reflexión:

A continuación les presento un texto que cada inicio de cursos leo a mis alumnos, y considero que tiene que ver con las competencias, por que para mí, el desarrollo de estas se resume en ser capaz de alcanzar los objetivos.
"Un mensaje a Garcia"

Al estallar la guerra entre los Estados Unidos y España, era necesario entenderse con toda rapidez con el jefe de los revolucionarios de Cuba.

En aquellos momentos este jefe, el general García, estaba emboscado en las asperezas de las montañas: nadie sabía dónde. Ninguna comunicación le podía llegar ni por correo, ni por telégrafo. No obstante, era preciso que el presidente de los Estados Unidos se comunicara con él. ¿Qué debería hacerse?.

Alguien aconsejó al presidente: “Conozco a un tal Elizalde que si es posible encontrar a García, lo encontrará“. Buscaron a Elizalde y se le entregó la carta para García. Elizalde tomó la carta y la guardó en su bolsa impermeable, sobre su pecho, cerca del corazón. Después de cuatro días de navegación dejó la pequeña canoa que le había conducido a la Costa de Cuba. Desapareció por entre los juncales y después de tres semanas se presentó al otro lado de la isla: había atravesado a pie un país hostil y había cumplido su misión de entregar a García el mensaje de que era portador.

No es el objeto de este artículo narrar detalladamente el episodio que he descrito a grandes rasgos. Lo que quiero hacer notar es lo siguiente. Se le dio a Elizalde una carta para que le entregara a García y él no preguntó: “¿En dónde lo encuentro?“. Verdaderamente aquí hay un hombre que debe ser inmortalizado en bronce y su estatua colocada en todos los colegios del país.

Porque no es erudición lo que necesita la juventud, ni enseñanza de tal o cual cosa, sino la vinculación del amor al deber, de la fidelidad a la confianza que en ella se deposita, de lograr con prontitud, de concentrar todas sus energías: hacer bien lo que se tiene que hacer. “Llevar un Mensaje a García“.

El general García ha muerto; pero hay muchos otros Garcías en todas partes. Todo hombre que ha tratado una empresa para la que necesita la ayuda de otros, se ha quedado frecuentemente sorprendido por la necedad de la generalidad de los hombres, por su incapacidad o falta de voluntad para concentrar sus facultades en una idea y ejecutarla.

Admiro de todo corazón al hombre que cumple con su deber, tanto cuando está ausente el jefe, como cuando está presente. Y el hombre que con toda calma toma el mensaje que se le entrega para García, sin hacer tontas preguntas, ni abrigar la aviesa intención de arrojarlo en la primera atarjea que encuentre, o de hacer cualquier otra cosa que no sea entregarlo.

Esta es la clase de hombres que se necesitan y a la cual nada puede negarse. Son tan escasos y tan valiosos, que ningún patrón consentiría en dejarlos ir. A un hombre así se le necesita en todas las ciudades, pueblos y aldeas, en todas las empresas.

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